Hola a todos!!
Soy Mónica, mujer trabajadora y madre de dos fierecillas. Leo, el mayor de los renacuajos de la familia, tiene ya siete añazos y Lian, la pequeña, ha cumplido tres. Vivimos en Lugo, una pequeña capital de provincia de Galicia, donde la vida es muy tranquila.
Cuando Leo vino al mundo me cambió la vida y, con la llegada de Lian, ya se transformó totalmente. Trabajar y tener dos hijos no es tarea fácil, pero para mí se abrió un nuevo mundo lleno de posibilidades para desarrollar la imaginación y disfrutar de todos los momentos y cambios de mis hijos. Ser madre es agotador e, incluso, desesperante en muchos, muchísimos momentos, pero al mismo tiempo es tan excitante y divertido que a mí me merece la pena cada día.
Con Leo y Lian he descubierto un universo apasionante: el de los niños y todo lo que les rodea -la moda infantil, el cole, los juegos, las fiestas de cumpleaños, la Navidad, Halloween, el Carnaval, los campamentos y un sinfín de cosas que hacen que siempre tenga que estar viva-.
A la ropa de Leo y Lian le dedico mucho tiempo. Realmente me he convertido en una apasionada de la moda infantil: me encanta elegir los estilismos que se van a poner para cada ocasión y cuidar todos los detalles.
La creación de este blog es para mí un proyecto muy ilusionante y que no emprendo sola, ya que colaborarán directamente conmigo: mi marido, Manolo, que me ayudará principalmente con la parte técnica y la fotografía; mi madre, Estrella -la abuelita-, siempre presente en todo lo que tiene ver con los renacuajos y mi hermana, Llita, estilista de moda y loca por ellos.
Entre todos intentaremos crear un buen recuerdo de su infancia para cuando sean mayores, pero mi deseo va más allá y me gustaría que caracolycucurucha sirviera a otras madres para captar ideas que les puedan ayudar a la hora de vestir a sus hijos, divertirles y organizarles fiestas, tal y como me sucede a mí con otros blogs y páginas de internet.
¿Por qué caracolycucurucha?Cuando Leo era muy pequeñito, casi desde recién nacido, siempre que le cogía en el “colo” (palabra gallega que significa “en brazos” y que tengo tan identificada que me cuesta no utilizar) se enroscaba sobre sí mismo en busca de mi calor, protegiéndose entre mis brazos como si fueran su caparazón. Para mí era como un auténtico caracolillo. De ahí surgió el que empezáramos a llamarle caracol y, aún a día de hoy, seguimos utilizándolo de forma cariñosa entre la familia y en casa.
En el caso de Lian no hay una explicación clara como la de Leo; simplemente, como las madres nos ponemos así de cursis, empecé a llamarle cucurucha y no sé ni por qué. Con el paso del tiempo, se ha sentido muy identificada con ese término. Le gusta tanto que ella misma me dice: yo soy tu "curucha”. Nada de princesa o princesita, como les gusta a muchas niñas: cucurucha.
Sencillo porqué de caracolycucurucha.
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